viernes, 28 de febrero de 2014

Pide y se te Dara



 La oración es el medio más eficaz por el cual podemos pedirle a Dios por todas nuestras necesidades, cuando hay fervor y humildad en el corazón, las palabras son elocuentes y pueden llegar hasta donde Dios las escucha.

Lc 11, 1-10

v.1 "Una vez Jesús estaba orando en un lugar; cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: -Señor enseñanos a orar, así como Juan enseño a sus Discípulos."

Todo fiel que quiere aprender a orar, debe de hacerlo con el propósito de dirigir su vida hacia Dios, pues no basta solamente orar y que las cosas pasen como por ate de magia, Dios no es un mago, se debe orar con fervor para obtener las bendiciones que Dios da, hay que ser humildes también pues no solo por pedir con mucha fe esperemos obtener bienes materiales, sino con humildad tal y como Jesús enseño.

v.2-4 "Jesús les dijo: - cuando oren, digan: -Padre, Santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Danos cada día el pan que necesitamos. Perdonanos nuestros pecados, por que nosotros también perdonamos a todos los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación"

Hay que santificar pues a Dios, y para santificar a Dios lo mejor es ir en concordancia con lo que pedimos, si queremos santificar a Dios entonces nosotros deberemos ser santos, pues si santo es el creador, santa debe ser la criatura.

El Reino de Dios esta en la Iglesia, por ello al pedir el Reino, hay que escuchar a quien reina en la tierra en nombre de Dios, el Papa es el Vicario de Cristo en la tierra, por eso solamente en la Iglesia se puede encontrar el Reino, pero hay tantas personas necias que rezan el Padre Nuestro, piden el reino y no se acercan a la Iglesia ni a sus sacramentos por ello es por lo que nuestras peticiones siempre deben de ir en concordancia con lo que rezamos.

Al pedir, no hay que pedir mas de lo que necesitamos sino solamente lo necesario, , muchas personas se quejan de las situaciones políticas o sociales, de que ya no alcanza el dinero para nada y que se tiene "que estirar hasta donde mas se pueda", pero si nos damos cuenta de que nos llenamos de cosas innecesarias y nos creamos necesidades inútiles podremos ver con mas claridad que se nos da lo necesario para vivir y muchas veces hasta de mas, aquí deberíamos aprender a ser conformes pues el ser humano de la actualidad, entre mas tiene mas quiere y aunque aquello que ya tiene cubre bien sus necesidades básicas, no le importa y aun quiere mas y eso denota que no rezamos acorde a lo que necesitamos y en la avaricia Dios no puede obrar pues ese problema no es de Dios sino de la insatisfacción del hombre.

La parte que viene es la mas difícil de "tragar" por que ¿sera verdad que perdonamos a los que nos ofenden?, muchas veces se ve que alguien nos grita o nos dice algo en la calle y en lugar de dejarlo pasar contestamos la agresión con mas agresión, con bulgaridades y grocerías, esto es por el poco dominio que tenemos de nosotros mismos, y de lo poco que reflexionamos al orar.

Si nos damos cuenta todo esto es causa de nuestras tentaciones, la tentación en tener mas de lo que se necesita, la tentación de no quedarnos con las ganas de contestarle a quien nos injuria, las tentaciones del demonio para que no seamos santos, la tentación de sentirse mas que otros o mejores que los demás, por eso el pedir librarse de las tentaciones es camino pronto para lograr obtener de Dios lo que pedimos.

Por eso, la próxima vez que pidas algo a Dios, ten conciencia de lo que pides y de como te comportas pues en bocas que bendicen y corazones que maldicen Dios no puede obrar.

Para recibir entonces hay que pedir siempre siendo pertinentes como podemos ver en la parte del texto que sigue:

v.5-8 "También les dijo Jesús: -Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y que a media noche va a su casa y le dice: -amigo, préstame tres panes, por que un amigo mio acaba de llegar de viaje a mi casa, y no tengo nada que darle-. Sin duda el otro no le contestara desde adentro: -No me molestes; la puerta esta cerrada y mis hijos y yo ya estamos acostados; no puedo levantarme a darte nada-. Les digo que, aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, lo hará por su impertinencia y le dará todo lo que necesite".

La impertinencia de nosotros puede hacer que Dios nos de algo, pero hay que ser impertinentes cuando la necesidad así lo demande, Dios en su amor nos dará en cuanto a las necesidades, como el amigo que no se levanta solo por que sea su amigo, sino por que ve su necesidad y su impertinencia va precedida por la necesidad de un tercero, así Dios no solo por ser nuestro amigo nos dará lo que pedimos, sino también por que el conoce nuestras necesidades espirituales y materiales.

por el amor que Dios nos tiene y si sabemos que pedir entonces pasara esto: 
v. 9-10 "Así que yo les digo: Pidan y Dios les dará; Busquen y Encontraran; llamen a la puerta y se les abrirá. Por que el que pide, recibe; y el que busca encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre."

Así pues como final te invito a que pidas lo necesario y se te dará (Danos cada día el pan que necesitamos), busca lo necesario y encontraras (Busca el Reino: Venga a nosotros tu Reino), llama a la puerta cuando lo necesites y te aseguro que si llamas a las puertas del cielo por medio de la oración y llevas vida santa como santo es el Creador, se te abrirá.

jueves, 27 de febrero de 2014

¿Es antibíblico ir a Dios por medio de los Santos?



respondiendo a una pregunta que me hacia un hermano en privado por correo, respondere con urgencia a su pregunta

(articulo tomado del libro "¿por que? y ¿por que? Autor: P. Luigi Butera Vullo, MSP)

Objeción:
En la primera carta a Timoteo 2,5 leemos que Cristo es el “único mediador entre Dios y los hombres”. ¿Por qué los católicos no aceptan este principio y buscan otros mediadores a los que llaman santos?

Respuesta:

Desde los tiempos apostólicos, la Iglesia Católica ha enseñado que Cristo es el "único mediador entre Dios y los hombres". Pero esto no significa que no haya dado un papel a los santos en la historia de la salvación. En Mt 10, 7-8 y 28,19 se revela que el señor Jesús confirió poderes ministeriales a sus apóstoles, a fin de que éstos colaboraran con él en su misión salvadora.

Además, en apocalipsis 5,8, se nos presenta la función de los santos como intercesores a nuestro favor:  "y en cuanto tomó el rollo, los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Todos ellos tenían arpas y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo Santo".

Hay que tener presente, por lo tanto, que los santos no ejercen una mediación distinta de la de Cristo, sino que están asociados a su misma misión.

Como en una Secretaría de gobierno los subalternos del titular no ejercen una actividad distinta y autónoma, sino que trabajan unidos a él, así los santos ejercen una mediación dentro del papel que el mismo Cristo les otorgó.

En los hechos de los apóstoles aparecen muchos casos en los cuales Dios no actúa directamente, sino por medio de sus siervos, los santos. Uno de ellos es el de Saulo de Tarso, quien recobró la vista por manos de Ananías, y no directamente por Cristo, con quien se había encontrado en el camino a Damasco (Hch 9, 1-19). Por otra parte, el mismo libro reporta que muchos enfermos acudían los apóstoles para lograr la salud; no se dirigían directamente Dios, y no obstante recibían las gracias deseadas:

"y sacaban a los enfermos a las calles, poniéndolos en camas y camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos. También de los pueblos vecinos a Jerusalén acudía mucha gente trayendo enfermos y personas atormentadas por espíritus impuros; y todos eran sanados" (Hch 5, 15-16).

De todo esto se pueden sacar dos conclusiones. En primer lugar, Dios no tiene celos de sus siervos los santos. Al contrario, por medio de ellos recibe mayor gloria, porque resplandece su grandeza en la humildad de los que lo aman. En segundo lugar, la Iglesia es una familia. Y así como pedimos a nuestros amigos que recen por nosotros, con mayor razón le podemos pedir a nuestros hermanos los santos, que gozan de la presencia de Dios.

Ser hermanos de Cristo Cumpliendo y Obedeciendo su Voluntad



Muchas veces pensamos en que nuestra libertad se ve tajada por los planes que Dios tiene en nuestra vida, tajada por las leyes y mandamientos que mucha gente considera obsoletos, pero cuando seguimos estas leyes, y mandatos de parte de Dios entonces verdaderamente podemos decirnos hermanos de Cristo e hijos de Dios.

Mt 12,46-50 “todavía estaba Jesús hablando a la gente, cuando acudieron su Madre y sus hermanos, que deseaban hablar con el. Como se quedaron afuera, alguien avisó a Jesús: - Tu madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren hablar contigo-. Pero el contestó al que le llevó el aviso: --¿Quién es mi Madre, y quienes son mis hermanos?--. Entonces, señalando a sus discípulos, dijo: --Estos son mi madre y mis hermanos. Por que cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que esta en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.”


Antes de empezar con la reflexión tenemos que explicar el por que se decía que los hermanos de Jesús estaban ahí si Jesús no tenia hermanos…


Recordemos que en aquellos tiempos el significado de hermano se designaba para incluso los familiares pues vemos que a Juan Bautista Cristo no le dice primo sino hermano, y así como este podemos encontrar muchos ejemplos en la biblia si ponemos atención al leer.

Bueno dicho esto comencemos.


La palabra de Dios hoy puede parecer un poco dura y hasta podría parecer despectiva la forma en que Jesús se expresa, pero no es así, mas bien esto es bellísimo si se analiza desde  la perspectiva de que quien la busca ahí afuera no solo es la persona que le da la vida sino que es la primera en sobresalir por cumplir la voluntad de Dios, por eso es por lo que Jesús dice que todo aquel que haga la voluntad del Padre ese es su hermano, su madre, por que los verdaderos hijos de Dios hacen su voluntad, así como Jesús hizo la voluntad del Padre y María hizo la voluntad del padre.


María es la persona que hasta la fecha, mejor ha tenido la obediencia a la voluntad del Padre, por que por esa obediencia, Cristo nació de su seno, por esa obediencia dejo ir a Cristo cuando muere en la cruz, por esa obediencia es coronada y llevada al Reino de los Cielos.


Al señalar Cristo a la multitud y decir que cualquiera que cumple la voluntad del Padre ese es su hermano, lo que busca decirnos es que quiere que seamos sus auténticos hermanos, y solo podremos serlo cuando el Señor nos mire y nos diga: “Te conozco por que cumples la voluntad del Padre, eres mi hermano pues el Padre también te ha considerado un hijo amado por cumplir su voluntad y se complace contigo.”


Pero, ¿como saber cual es la voluntad del Padre?, solo hay que mirar el decálogo, las leyes que Dios ha dejado desde la época de Moisés, esa es su voluntad, su modelo de vida para cualquier hombre que quiera ser un hijo autentico de El, un hermano autentico de Jesús.


Sin embargo, muchos de hoy, piensan que las leyes de Dios que son las que rigen a la iglesia son para controlar gente, que solo sirven para tener dominados a otros o para tajarles su voluntad, pero de lo que mucha gente no se da cuenta es de un hecho bien importante, y es que si somos hijos del Creador ¿entonces como poder ser libres si nos sometemos a sus leyes?, pues es bien sencillo, Dios es libre, absoluta libertad, pues el no depende de nadie ni tiene que rendirle cuentas a nadie ¿cierto?, entonces si Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza ¿Qué no somos libres nosotros también?, así es, pero Dios también es Santo ¿cierto? Y si nos ha dejado leyes es por esa razón para que por medio de ellas aprendamos a ser Santos y siendo pues Santos, nos asemejamos aun mas a Dios y al ser mas semejantes al Creador así como un hijo es semejante a su Padre, entonces llegaremos a ser libres por que El que es Santo es libre, y para esto basta la analogía de un Padre que si ve que su hijo es bien portado y responsable ¿Acaso no le da mas libertades y le da mayores responsabilidades pues ha aprendido a obedecer y a cumplir con lo que se le pide?, así también nuestro Padre del cielo entre mas vea que nos volvemos santos por seguir sus Leyes, nos dará mas libertades pues sabrá bien que hemos aprendido y quien es Santo solo da amor a los otros, quien es santo no gusta de dañar a otros y por eso entre mas obedeces mas te asemejas al Creador pues el te dio esas leyes no para ser esclavo ni vivir sometido sino mas bien para que seas libre.


Parece contradictorio pero es verdad que entre mas mal se porta un hijo y desobedece, menos permisos se le dan por que no ha aprendido a ser bueno, pero a alguien que es excepcional, bueno y obediente a la voluntad de sus padres es el que mas permisos tiene, es el que logra cosas mas grandes y es el que se ve mas libre de vicios, de pecados y de muchas cosas que atan al hombre en la tierra sin darse cuenta el hombre de que el es la misma causa de sus ataduras y no las leyes.


Ahora bien, para poder entender como hacer la voluntad de Dios tan perfecta como la de María, debemos pensar en la fe para poder comprender de donde se sacan fuerzas para obedecer al Señor, pues María antes de concebir a Cristo, primero tuvo que creer y su fe de que iba a ser todo tal cual el ángel se lo anuncio hace de esto algo muy bello pues María antes de concebirlo en su vientre, ya lo había concebido en la fe, y esa es la exaltación mas grande y un ejemplo de que no importa que sepamos la ley de Dios, si no la seguimos con fe y verdadera certeza de que somos sus hijos del Padre y hermanos de Jesús, el simple conocimiento de ellas no es suficiente, tenemos que tener esa experiencia vivencial.


Por ultimo hay que recordar que solamente sintiéndonos verdaderos hijos del Padre y hermanos de Jesús, es como podremos transmitir su Evangelio pues cuando una persona no se siente parte de algo, simplemente se siente ajeno, y nosotros que tenemos la misión de evangelizar y estamos obligados por voluntad de Dios a proclamar el Evangelio en todas las naciones, somos piezas clave para continuar con esa misión que nuestro hermano mayor, Cristo nos ha dejado por continuar.


Siéntete pues hermano de Jesús, siéntete hijo del Padre, cumpliendo la voluntad y abrazando con fe y esperanza sus leyes, que el Señor se regocije en decir este es mi hermano de verdad, no un hermano “pirata” que dice que obedece a Dios y hace lo que quiere, sintámonos hijos del Padre pues ya lo somos solamente hay que cumplir su voluntad para que el se sienta orgulloso de tener hijos obedientes por que sin duda el es nuestro Padre pues el nos creo, no hagamos que Dios se avergüence de tener hijos desobedientes, hijos que no cumplimos su ley, para que nos sintamos dignos y orgullosos cuando Dios vuelva su rostro a nosotros y nos diga con amor y con alegría HIJOS.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Mensaje del Papa Francisco Para Vivir la Cuaresma de 2014


“Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza” (cfr. 2 Cor 8, 9)
Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de san Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8, 9). El Apóstol se dirige a los cristianos de Corinto para alentarlos a ser generosos y ayudar a los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos de hoy, estas palabras de san Pablo? ¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico?

La gracia de Cristo

Ante todo, nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: «Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…». Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2, 7; Heb 4, 15). ¡Qué gran misterio la encarnación de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto, «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado» (Gaudium et spes, 22).

La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino —dice San Pablo— «…para enriqueceros con su pobreza». No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin embargo, san Pablo conoce bien la «riqueza insondable de Cristo» (Ef 3, 8), «heredero de todo» (Heb 1, 2).

¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor y su ternura. La riqueza de Jesús radica en el hecho de ser el Hijo, su relación única con el Padre es la prerrogativa soberana de este Mesías pobre. Cuando Jesús nos invita a tomar su “yugo llevadero”, nos invita a enriquecernos con esta “rica pobreza” y “pobre riqueza” suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom 8, 29).

Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos (L. Bloy); podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo.

Nuestro testimonio

Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo.

A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir.

No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera.

El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza! Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva, de compartir el tesoro que se nos ha confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana.

Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.

Que el Espíritu Santo, gracias al cual «[somos] como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo» (2 Cor 6, 10), sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes. Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal. Os pido que recéis por mí. Que el Señor os bendiga y la Virgen os guarde.

Dejate encontrar por Dios


(Nota: para las lecturas bíblicas se ha usado la Biblia de Jerusalén Versión tradicional (1976) por ser la traducción mas fiel de las lenguas en las que se escribió la sagrada escritura (hebreo, Arameo y griego)

Lectura Bíblica: Ex 33, 7-11

v7: " Tomó Moisés la tienda y la planto a cierta distancia fuera del campamento; la llamo Tienda de Reunión. De modo que todo el que tenia que consultar a Yahvéh salia Hacia la Tienda de Reunión, que estaba fuera del campamento"

Hoy día, podemos percatarnos de cuantas personas le temen a la soledad, quedarse solo significa no tener un valor que otros dan cuando están cerca, la "Tienda de Reunión" con el Señor, es nuestro corazón, pero desgraciadamente nos llenamos de tanto ruido en nuestras vidas que pareciere que plantamos esa tienda cerca del campamento y cuando hace ruido en el exterior, también en el interior hace ruido, por eso hoy día es difícil escuchar la voz de Dios en nuestros corazones.

Ante el mandato que Dios da a Moisés de poner la tienda lejos del campamento, debemos entender que si bien podemos estar con amigos y familiares, también deberíamos tener un lugar para estar en silencio, un lugar donde podamos dialogar y escuchar a Dios.

Muchas personas dicen que tienen problemas, que Dios no los escucha y claro ¿como esperan que Dios los escuche si no tienen un lugar alejado del mundo para platicar con el?, yo me pregunto cuantas personas visitan el Sagrario, ahí donde esta expuesto el cuerpo de Cristo, ahí es donde Dios se hace presente... v9: "Y una vez entrado Moisés en la tienda, Bajaba la columna de nube y se detenía a la puerta de la tienda, mientras Yahvéh hablaba con Moisés".

Cristo esta presente cuando su cuerpo esta expuesto en el Sagrario, Cristo se hace presente en la Eucaristía, Cristo se hace presente en nuestros corazones, pero vivimos en una sociedad llena de ruido, una sociedad que no permite escuchar la voz de Dios, por esa razón la tienda tiene que estar alejada de la sociedad ya que en el silencio y en la paz del corazón es donde se puede escuchar claramente la voz de Dios.

Esa amistad que Dios tiene con Moisés, es una amistad de alguien que quiere escuchar lo que El tiene que decir, Dios habla directamente con Moisés pero ahora te invito a poner tu nombre en la cita bíblica y decirle a Dios, "ven a mi corazón, quiero escucharte, no permitas que este ruido me aparte de tus Santas enseñanzas".

Así mismo te hago una invitación a ti que estas leyendo a que tengas momentos de soledad, alejados del ruido y de los disturbios mundanos, recogete en tu habitación y coloca la "Tienda de Reunión" en tu corazón, permite que Dios te hable, escuchalo, atiende a sus enseñanzas y conserva esa amistad constante con el creador... v11: "Yahvéh hablaba con Moisés cara a cara como habla un hombre con su amigo".

Busquemos entonces esa amistad con Dios, dejemos que nos hable como a un amigo, que amigo hay tan grande como Dios, el que nos ha creado y sabe bien nuestros mas profundos secretos y deseos, nuevamente te invito a poner tu nombre en la cita: "Yahvéh hablaba con Francisco, Teresa, Luis, Juan, Jaqueline..... cara a cara como habla un hombre con su amigo".

Encuentrate con Dios, el quiere hablarnos a cada uno de nosotros, así pues no ignoremos su voz no la acallemos por no saber tener momentos de soledad, por no querer poner la tienda de reunión lejos de los problemas, lejos del ruido, lejos de las discusiones sin sentido, lejos de la ansiedad, pongamos esa tienda en nuestros corazones y también visitemos a Jesús Sacramentado en el Sagrario, es la tienda donde el esta presente todo el tiempo para escucharnos y también para escucharle a el, también hay que recordar ir a misa pues ahí es el momento mas importante donde el se hace presente en la Eucaristía y donde escuchamos su Santa Palabra, es ahí donde podemos comulgar con el y llevarlo en nuestro corazón en la comunión.

Así pues dispongamos un corazón mas abierto a Dios y permitamonos poner la tienda de reunión en cada uno de nuestros corazones, que la columna de nube se detenga en nuestros corazones para que Dios no pase de largo y cuando llegue poder hospedarlo en nuestra propia tienda, recibamoslo como se merece ser recibido un huesped en nuestra casa.

martes, 25 de febrero de 2014

Jesus Nunca Nos Deja Solos En La Calle


(Rome Reports 2014-02-24) El Papa centró su homilía en Casa Santa Marta en el perdón. Francisco explicó que quien sigue a Jesús siempre tiene una casa que es la Iglesia que especialmente acoge a los que se han alejado de ella.

PAPA FRANCISCO
"Jesús siempre nos hace volver a casa. Jesús no nos deja nunca solos en la calle. También en las parábolas: aquella moneda perdida acaba en el monedero de la mujer, con las otras; y la oveja es devuelta al establo con el resto”.

El Papa añadió que es absurdo amar a Dios y no a la Iglesia porque la salvación significa "volver a casa con Jesús en la Iglesia”.

EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)

"Todo aquel desorden, aquella discusión termina en un gesto: Jesús que se abaja, se inclina ante el muchacho. Estos gestos de Jesús nos hacen pensar. Jesús cuando cura, cuando va entre la gente y sana a una persona, jamás la deja sola. No es un mago, un brujo, un curandero que va, cura y continúa su camino: a cada uno lo hace regresar a su lugar, no lo deja en la calle. Son gestos bellísimos del Señor”. 

"Porque Jesús no vino solo del Cielo, es Hijo de un pueblo. Jesús es la promesa hecha a un pueblo y su identidad es también pertenencia a aquel pueblo, que de Abraham camina hacia la promesa. Y éstos gestos de Jesús nos enseñan que toda curación, todo perdón nos hacen regresar siempre a nuestro pueblo, que es la Iglesia”. 

"Y aquellos gestos de tanta ternura de Jesús nos hacen entender esto: que nuestra doctrina, digamos así, o nuestro seguir a Cristo, no es una idea, es un continuo quedarse en casa. Y si cada uno de nosotros tiene la posibilidad y la realidad de salir de casa por un pecado, un error – Dios lo sabe – la salvación es regresar a casa, con Jesús en la Iglesia. Son gestos de ternura. Uno a uno, el Señor nos llama así, su pueblo, dentro su familia, nuestra madre, la Santa Iglesia. Pensemos en estos gestos de Jesús”.

Atrevete a arrancarle Bendiciones a Dios


Gn 32,23-29


¿Cuantas veces luchamos por lo que queremos?, ¿Cuantas veces invocamos la ayuda de Dios pero no hacemos nada por obtener esa ayuda y gracia de parte de El?, no basta con pedir, hace falta luchar muchas veces contracorriente, hace falta llenarse de valor para enfrentar a Dios y a los hombres, hace falta decisión y paciencia también, no es imposible arrancar Bendiciones a Dios pero para ello hace falta mucha perseverancia.

v.22-29: "Aquella misma noche Jacob se levanto, tomo a sus dos esposas, sus dos esclavas y sus once hijos, y los hizo cruzar el vado del río Jaboc, junto con todo lo que tenia. Cuando Jacob se quedo solo, un hombre lucho con el hasta que amaneció; pero como el hombre vio que no podía vencer a Jacob, lo golpeo en la coyuntura de la cadera, y esa parte se le zafó a Jacob mientras luchaba con el. Entonces el hombre le dijo: -sueltame por que ya esta amaneciendo-. Si no me bendices, no te soltaré- contesto Jacob. -¿como te llamas?- pregunto aquel hombre. -Me llamo Jacob- respondió el. Entonces el hombre le dijo: -Ya no te llamaras Jacob. Tu nombre sera Israel, por que has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido".

Jacob se aferra a aquel hombre que es nada mas y nada menos que Dios mismo; Dios baja hasta el nivel del hombre para ponerse en igualdad de condiciones, Dios no tiene ninguna necesidad de ello y sin embargo por el amor tan desbordante de El, se pone a pelear contra Jacob.

Dios bien sabe lo que el hombre necesita pero quiere probar nuestra perseverancia, quiere que luchemos contra los hombres de mala voluntad, y una vez vencidos, vencer también a Dios, aunque Dios una vez que prueba lo fuerte que muchas veces somos para detenernos ante las tentaciones se deja vencer para bendecir a los hombres.

Dios también sabe que el hombre es facílmente corruptible, pero su amor hacia nosotros es mas grande que su cólera por nuestros pecados y aun sabiendo esto, se empequeñece al nivel del hombre y mas aun se deja vencer por amor.

A veces el Señor aunque ya sepa lo que necesitamos quiere ver nuestra fuerza en la oración que le dirigimos para ser bendecidos por el, y a veces pasan muchas noches y días y a pesar del cansancio solamente el que persevera alcanza, Jacob a pesar de estar lastimado de la cadera y el dolor que eso suponía, como ultimo recurso se agarra fuertemente de Dios para ser bendecido, a pesar también del cansancio de haber luchado toda la noche.

Cuantos de nosotros cuando nos toca adorar a Cristo Sacramentado en la adoración nocturna, nos dejamos vencer mas por el sueño que por las bendiciones que Dios puede dar a nuestra vida si aguantamos despiertos.

Muchos tienen miedo de pedir a Dios bendiciones e incluso en el Padre Nuestro rezamos "hagase Señor tu voluntad" y esto puede sonar contradictorio con todo lo que aquí se ha escrito pero entonces ¿como pedirle a Dios y después decir hagase tu voluntad?, a este respecto la respuesta es muy sencilla, y es, que, cuando pedimos bendiciones de Dios, no debemos pedir lo que a nosotros nos conviene, mas bien hay que pedir de acuerdo a lo que Dios nos manda en sus mandamientos, pues solamente cuando pedimos algo a Dios que va en la linea de lo que El enseña, predica y manda, es cuando podemos estar seguros de que la bendición llegara.

No tengas miedo de decirle a Dios: "Señor no te suelto por que sin ti mi vida no tiene bendiciones", "Señor no te suelto por que sin ti la corriente de los hombres me lleva lejos de ti", "Señor no te suelto por que si no me bendices, soy nada sin ti".

A ti que lees esto, te invito a cambiar tu nombre por el de Jacob: "¿Como te llamas?- Margarita, Pedro, Lucia, Clara, José...- a partir de ahora ya no seras.... ahora te llamaras...por que te has decidido a vencer al pecado, a vencer a los hombres, a vencer la mala vida que llevas, a vencer a satanás y lo has logrado, y también por tu esfuerzo y perseverancia a pesar del cansancio y muchas horas sin dormir te has atrevido a luchar con Dios y el se ha dejado vencer por amor a ti".

Por ultimo les dejo esta reflexión de San Agustin: "Con la Oración no es a Dios a quien convencemos para que haga lo que nosotros queremos, sino que dilatamos nuestra capacidad para recibir lo que El nos quiere dar"

lunes, 24 de febrero de 2014

Inquietarse por lo que es Importante


Hoy día, podemos ver a mucha gente inquieta por muchas cosas, inquietos por que falta el dinero, inquietos por los problemas, inquietos por dar lo mejor de si, sin embargo estas personas deberían entender que solo hay una cosa importante y es lo que veremos a continuación, iluminados por la santa palabra aprenderemos a discernir que es lo que de verdad debe inquietarnos.

Lc 10, 38-42
 v.38-39 "Jesús siguió su camino y llego a una aldea, donde una mujer llamada Marta lo hospedó. Marta tenia una hermana llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús para escuchar lo que decía"

María atiende a la palabra de Cristo quien hace su labor de evangelización, escuchar el anuncio de la palabra de Cristo es prueba segura de que se esta haciendo una labor mayor que cualquier otra.

v.40-42 "Pero Marta, que estaba atareada con sus muchos quehaceres, se acercó a Jesús y le dijo: -Señor ¿no te preocupa nada que mi hermana me deje sola con todo el trabajo?, Dile que me ayude-. Pero Jesús contestó: - Marta, Marta, estas preocupada y te inquietas por demasiadas cosas, pero solo una es necesaria, María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar."

Marta pobablemente estaba esperando que Jesús escuchara su petición y que María se levantara a ayudarla, cuando nosotros estamos inquietos y no atendemos a las enseñanzas de Jesús la cual es la mas necesaria de todas, entonces no podemos esperar que Jesús nos escuche, mas bien lo que lograremos es que nos reprenda muy cariñosamente como lo hizo con Marta, aquí podemos ver también un poco de la lógica de Jesús que es muy distinta a la lógica humana como la de Marta que ante la petición esperaba algo y Jesús responde que las cosas mas necesarias no son las materiales.

Con esto entiendase no que las cosas materiales no sean importantes, claro que tienen importancia o valor pero no como fin sino como medio, cuando una persona trabaja por lo general dice "trabajo para tener dinero" o "para vivir mejor" pero nunca dirá que es para servir mejor a los demás y esto es a lo que me quiero referir al decir que las cosas se ven casi siempre como un fin no como un medio, cuando se ven como medio es cuando se puede decir que "Trabajo para poder servir mejor a otros", "para darle de comer a los que tienen hambre", "para sucitar la caridad en mis hermanos mas necesitados".

Aquí también entra una parte importante que es que cuando hacemos las cosas sin amor, nos fijamos en lo que hacen otros y ponemos mala cara por que ellos no hacen y nosotros si y queremos sentirnos orgullosos de que nosotros hemos hecho y queremos que se nos reconozca, cuando las cosas se hacen sin amor se vuelven pesadas y entonces es cuando buscamos que el otro sea reprendido para que entre también en acción, pero cuando las cosas se hacen con amor, no se esta fijando uno si hace el otro algo o no, y mucho menos busca el reconocimiento, simplemente se hace por que se quiere hacerlo por amor a los demás.

Con esto también entiendase que no es malo lo que Marta esta haciendo, es algo maravilloso tener de huésped a Jesús y quiere darle lo mejor que tiene, el problema no es querer servir al Señor, el problema es que Marta pierde la Paz y tranquilidad del corazón en tan tremenda agitación dejando de atender a las palabras de Jesús y eso es lo que el Señor le hace ver.

Por eso cuando Jesús entre en nuestros corazones no hay que olvidar que es la oportunidad perfecta para platicar con El, para charlar y para escucharle como un buen amigo que va de visita a nuestro hogar, Marta pudo haber acogido al señor en su casa pero María lo ha acogido en su corazón y por eso es que nadie lo podrá quitar eso a María, ni siquiera la agitacion de Marta.

Por eso hermano, te invito a que pienses dos veces si lo que estas haciendo de tu vida es importante no valla a ser que lo que estés haciendo no sirva para nada por no atender a lo que para Dios es importante, y cuando hagas algo que realmente consideres importante, no busques que te lo reconozcan, haslo con amor y tendrás una mayor recompensa que nadie te quitara, y por ultimo la próxima vez que quieras reclamarle algo al Señor por que no te "hecha una manita con tus problemas", ponte a ver si realmente eso es importante para el Señor, no valla a ser que te acabes ganando una cariñosa reprimenda del Señor por inquietarte en cosas superficiales y pierdas la paz y tranquilidad de tu corazón.