Muchas veces pensamos en que nuestra libertad se ve tajada
por los planes que Dios tiene en nuestra vida, tajada por las leyes y
mandamientos que mucha gente considera obsoletos, pero cuando seguimos estas
leyes, y mandatos de parte de Dios entonces verdaderamente podemos decirnos
hermanos de Cristo e hijos de Dios.
Mt 12,46-50 “todavía estaba
Jesús hablando a la gente, cuando acudieron su Madre y sus hermanos, que
deseaban hablar con el. Como se quedaron afuera, alguien avisó a Jesús: - Tu
madre y tus hermanos están ahí fuera, y quieren hablar contigo-. Pero el
contestó al que le llevó el aviso: --¿Quién es mi Madre, y quienes son mis
hermanos?--. Entonces, señalando a sus discípulos, dijo: --Estos son mi madre y
mis hermanos. Por que cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que esta en
el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.”
Antes de empezar con la reflexión tenemos que explicar el
por que se decía que los hermanos de Jesús estaban ahí si Jesús no tenia
hermanos…
Recordemos que en aquellos tiempos el significado de hermano
se designaba para incluso los familiares pues vemos que a Juan Bautista Cristo
no le dice primo sino hermano, y así como este podemos encontrar muchos
ejemplos en la biblia si ponemos atención al leer.
Bueno dicho esto comencemos.
La palabra de Dios hoy puede parecer un poco dura y hasta podría
parecer despectiva la forma en que Jesús se expresa, pero no es así, mas bien
esto es bellísimo si se analiza desde la
perspectiva de que quien la busca ahí afuera no solo es la persona que le da la
vida sino que es la primera en sobresalir por cumplir la voluntad de Dios, por
eso es por lo que Jesús dice que todo aquel que haga la voluntad del Padre ese
es su hermano, su madre, por que los verdaderos hijos de Dios hacen su
voluntad, así como Jesús hizo la voluntad del Padre y María hizo la voluntad
del padre.
María es la persona que hasta la fecha, mejor ha tenido la
obediencia a la voluntad del Padre, por que por esa obediencia, Cristo nació de
su seno, por esa obediencia dejo ir a Cristo cuando muere en la cruz, por esa
obediencia es coronada y llevada al Reino de los Cielos.
Al señalar Cristo a la multitud y decir que cualquiera que
cumple la voluntad del Padre ese es su hermano, lo que busca decirnos es que
quiere que seamos sus auténticos hermanos, y solo podremos serlo cuando el
Señor nos mire y nos diga: “Te conozco por que cumples la voluntad del Padre,
eres mi hermano pues el Padre también te ha considerado un hijo amado por
cumplir su voluntad y se complace contigo.”
Pero, ¿como saber cual es la voluntad del Padre?, solo hay
que mirar el decálogo, las leyes que Dios ha dejado desde la época de Moisés,
esa es su voluntad, su modelo de vida para cualquier hombre que quiera ser un
hijo autentico de El, un hermano autentico de Jesús.
Sin embargo, muchos de hoy, piensan que las leyes de Dios
que son las que rigen a la iglesia son para controlar gente, que solo sirven
para tener dominados a otros o para tajarles su voluntad, pero de lo que mucha gente
no se da cuenta es de un hecho bien importante, y es que si somos hijos del Creador
¿entonces como poder ser libres si nos sometemos a sus leyes?, pues es bien
sencillo, Dios es libre, absoluta libertad, pues el no depende de nadie ni
tiene que rendirle cuentas a nadie ¿cierto?, entonces si Dios nos ha hecho a su
imagen y semejanza ¿Qué no somos libres nosotros también?, así es, pero Dios también
es Santo ¿cierto? Y si nos ha dejado leyes es por esa razón para que por medio
de ellas aprendamos a ser Santos y siendo pues Santos, nos asemejamos aun mas a
Dios y al ser mas semejantes al Creador así como un hijo es semejante a su
Padre, entonces llegaremos a ser libres por que El que es Santo es libre, y
para esto basta la analogía de un Padre que si ve que su hijo es bien portado y
responsable ¿Acaso no le da mas libertades y le da mayores responsabilidades
pues ha aprendido a obedecer y a cumplir con lo que se le pide?, así también nuestro
Padre del cielo entre mas vea que nos volvemos santos por seguir sus Leyes, nos
dará mas libertades pues sabrá bien que hemos aprendido y quien es Santo solo
da amor a los otros, quien es santo no gusta de dañar a otros y por eso entre
mas obedeces mas te asemejas al Creador pues el te dio esas leyes no para ser
esclavo ni vivir sometido sino mas bien para que seas libre.
Parece contradictorio pero es verdad que entre mas mal se
porta un hijo y desobedece, menos permisos se le dan por que no ha aprendido a
ser bueno, pero a alguien que es excepcional, bueno y obediente a la voluntad
de sus padres es el que mas permisos tiene, es el que logra cosas mas grandes y
es el que se ve mas libre de vicios, de pecados y de muchas cosas que atan al
hombre en la tierra sin darse cuenta el hombre de que el es la misma causa de
sus ataduras y no las leyes.
Ahora bien, para poder entender como hacer la voluntad de
Dios tan perfecta como la de María, debemos pensar en la fe para poder
comprender de donde se sacan fuerzas para obedecer al Señor, pues María antes
de concebir a Cristo, primero tuvo que creer y su fe de que iba a ser todo tal
cual el ángel se lo anuncio hace de esto algo muy bello pues María antes de concebirlo
en su vientre, ya lo había concebido en la fe, y esa es la exaltación mas
grande y un ejemplo de que no importa que sepamos la ley de Dios, si no la
seguimos con fe y verdadera certeza de que somos sus hijos del Padre y hermanos
de Jesús, el simple conocimiento de ellas no es suficiente, tenemos que tener
esa experiencia vivencial.
Por ultimo hay que recordar que solamente sintiéndonos verdaderos
hijos del Padre y hermanos de Jesús, es como podremos transmitir su Evangelio
pues cuando una persona no se siente parte de algo, simplemente se siente
ajeno, y nosotros que tenemos la misión de evangelizar y estamos obligados por
voluntad de Dios a proclamar el Evangelio en todas las naciones, somos piezas
clave para continuar con esa misión que nuestro hermano mayor, Cristo nos ha
dejado por continuar.
Siéntete pues hermano de Jesús, siéntete hijo del Padre,
cumpliendo la voluntad y abrazando con fe y esperanza sus leyes, que el Señor se
regocije en decir este es mi hermano de verdad, no un hermano “pirata” que dice
que obedece a Dios y hace lo que quiere, sintámonos hijos del Padre pues ya lo
somos solamente hay que cumplir su voluntad para que el se sienta orgulloso de
tener hijos obedientes por que sin duda el es nuestro Padre pues el nos creo,
no hagamos que Dios se avergüence de tener hijos desobedientes, hijos que no
cumplimos su ley, para que nos sintamos dignos y orgullosos cuando Dios vuelva
su rostro a nosotros y nos diga con amor y con alegría HIJOS.
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